domingo, 26 de agosto de 2012

Serenidad

Carnavales en febrero de 1955. (Foto: Archivo El Comercio)

soy ese enemigo que encuentras en cada esquina
el que mira los diarios con gesto absurdo
coge unas monedas
recibe el cigarro
y juega el juego de los dueños de El Comercio

soy ese hermano que llamas en otra esquina
el que cruza entre la luz roja y autos grises
saca unos dibujos
recibe un abrazo
y ríe la risa de cómico de parque

soy heces para esos entre salones y copas
ese para otros de unos soles y concreto
como pan guardado
bebo por las noches
y sueño sueños de tristes poetas despiertos

domingo, 18 de septiembre de 2011

Técnicas de estudio



ahora subrayo versos
con mi diestra mano
zurda firme

la palabra late
respira
suda
ríe
llora

ahora rayo apuntes
con mi lapicero
no más reglas

cambio verbo por acto
carbón por tinta
azul por rojo
papel por barro

ahora el verbo habla
me habla
yo sudo
yo río

pero Javier aún llora

domingo, 21 de marzo de 2010

encuentro perdido


buscas silencio

sintonía simétrica

perfecto equilibrio


pasado en presente futuro

presente de un futuro pasado

futuro de un pasado presente


siempre y nunca

hola y adiós


manos entre viejos apuntes

cartas, tarjetas, agendas, números

cifra de un vacío infinito


infinito


te encuentras y te pierdes

¡silencio!


buscas silencio

¡silencio!


entre tus recuerdos

¡silencio!


entre tus discos

¡silencio!


entre tus piernas

¡silencio!


entre sus piernas

¡silencio!

¡silencio!

¡silencio!


lo encuentras y lo pierdes


se pierden

(silencio)

sábado, 20 de febrero de 2010

Día Ser O


(Se sugiere leer este breve texto en compañía de Javiera Mena cantando “Esquemas juveniles”)

Hay días que pasan como fotografías en una antigua cinta. Como si una cámara lenta, de esas que usaban nuestros abuelos, insertada en tu mente registrara cada escena de tu vida en la habitación, el baño, la cocina, la sala, el barrio, el trabajo, el bus, la cafetería. Días donde las miradas y los momentos se confunden en un todo difuso, haciéndote sentir tu ausencia en mi presencia. Días donde tus pasos parecieran ser los únicos que escuchas por la avenida más ruidosa. Días donde recreas viejas melodías con tu propio silencio. Días donde la noche se multiplica por miles mientras ves como tu cigarro, cómplicemente, señala el rumbo del spleen, tu spleen. Días donde todo se hace transparente, infinito en tus ojos, sabia maldita ceguera.

Hay días donde recuerdo días como este, días que me hacen olvidar los demás días, días en que olvido el día y vivo el presente siempre: cada día.

En código quejoso


Porque siempre fue, es y será grato tener alguien con quien transitar los límites invisibles de la cordura. Porque siempre es saludable despojar o, mas bien, renovar, cambiar de look a las palabras en clandestina complicidad, como dos perfectos criminales de un barrio siciliano, o quizá del barrio más achorao, más faite del distrito chimpumesco. Porque siempre indefinir será uno de nuestros vicios más caros, digno de un par de amorfos (cualidad per se) pseudo intelectuales de poca monta y mucho ego. Porque siempre nunca lograremos afinar nuestras frecuencias…felizmente. Porque para nosotros un “sí” no es solo “sí”, un “querer” no es solo “querer”, un “odiar” jamás será solo “odiar”…bueno, a veces…no. Porque somos los únicos, así es (o al menos que yo sepa), los únicos academicistas torpes que escriben entre paréntesis en el messenger para expresar lo que pensamos y no decimos…ay, eterno divorcio…intención y dicción. Porque me importa un carajo que nadie excepto tú y yo (que marital suena esa frase ¿no?, demasiado estilo de locutor de radio cursi) sepa a qué me refiero. Esta vez creo estar cumpliendo, con cierta demora, con aquella promesa que hicimos no sé dónde y a la vez abrir esta pequeña ventana, también limpiarla, cambiarle de cortinas y echarle un poco de aceite. Recreemos la palabra, tirémonos flores, mandémonos a la mierda (con esa agradeble forma que tenemos), rajemos de todos y todo…total, la palabra lo puede todo…nuestra única arma…pero letal (seguro debes estar diciendo irónicamente “qué audaz”). Por cierto, no espero una respuesta pronta, ni tampoco creo que así sea y mucho menos en los siguientes meses y peor aun viniendo de ti (el más basura ¿no?). Porque, como dijiste, un blog también es para compartir ciertas cosas con ciertas personas; al fin y al cabo, todos lo hacen pero algunas tienen más conocidos que otros…solo eso. No sigamos el estilo de Cisneros, eso de referirse como R, P, A, V, N, X, Y, Z, D, W. Hagamos el nuestro.

Ya di la primera estocada: touché

lunes, 11 de enero de 2010

Chologismos



Conozco y conoceré personas con las que reíre, lloraré, me quejaré pero también me irritaré. Manejamos y asimilamos estructuras mentales con las que procesamos nuestras experiencias; de ellas, depende la facilidad con la que superamos y mantenemos algún prejuicio que tengamos. Este villano confiesa tener varios y haberse liberado de muchos. Es inevitable asimilarlos…vienen desde la familia, siguen en la escuela, algunos se afianzan en la universidad y adquieren forma notoria en el campo laboral.

Para nadie le resulta nuevo el prejuicio racista, el clásico y asqueroso “choleo”, o “serraneo” (existe una infinidad de trabajos sociológicos al respecto). Lo curioso y lo que será objeto de este artículo es compartir con ustedes, infieles villanos, una de las formas que puede adquirir el prejuicio socio-económico cholístico.

Resulta que en una de esas salidas sabatinas me encontré con una amiga a la que no veía en un mucho tiempo (tampoco hacía el intento por propiciar dicho encuentro), terminamos con una amiga más disfrutando de una amena charla (bueno la charla se volvió únicamente bilateral, mientras que nuestra señorita arribista solo atinaba a mover su rostro como si estuviese viendo una partida de ping pong). Todo seguía el rumbo habitual de una charla de sábado por la noche cuando comenté una anécdota que tuve con un loco amigo que conocí por las tierras del tío (algo misio en estas épocas) Sam. La ocurrencia causó hilaridad y de pronto la señorita preguntó:

— Y tu amigo, ¿de qué universidad es?

Honestamente, la pregunta me causó una sensación de jaqueca que intenté atribuir al trago sin mucho éxito. Entendí la estructura mental de ella…catalogar a las personas por universidad de procedencia. Cuando le dije “Es de la San Martín …” me percaté de un gesto de alivio en su rostro…Curioso, muy curioso, especialmente cuando provenía de una chica en un inicio de una universidad estatal.

Lo ocurrido me refrescó la memoria y recordé las personas que he conocido que se manejan por esos senderos…el camino de “todos mis amigos tienen apellidos alemanes, ingleses o al menos compuestos”, “mi facebook abunda en Garland, Ruiz del Valle, Bahn, Witz, etc.”, “este no me queda, se ve muy cholo”, “broder, no me gusta…es muy chola”, “sí, tiene algo pero no me gusta su mote…”, “asu, es bien serranita”, pero que hipócritamente dicen compartir los ideales por una nación igualitaria.

Una personita me dijo, si ves la sociedad de manera vertical…en algún momento te situarás superior (ilusión total) a alguien, pero también te sentirás inferior.

Como diría Melcochita: No choleeen…ay.

martes, 1 de diciembre de 2009

High Tide Times


“Dices mi nombre y dejo de existir”
(El silencio)




No se vive, se navega. Navegamos y navegaremos por este océano llamado vida. Sus aguas siempre nos depararán misterios (unos gratos y otros no tanto), pero siempre aleccionadores. A lo largo de nuestro viaje nos hacemos expertos. A veces, viajamos solos, teniendo como única compañera y guía a las estrellas. Otras, cuando las aguas se calman, nuestro maltrecho pero diestro bote se topa con otro y entonces el viaje se hace más llevadero. Cuatro brazos reman mejor que dos. Pero también ocurre que los navegantes tienen rumbos distintos…como dos grandes camaradas, se abrazan, con el deseo en sus ojos de quizá, si la marea lo permite, con el viento a su favor, puedan alcanzar el mismo rumbo o simplemente tierra firme.

Este camarada debe levar anclas, reajustar su brújula, mirar al firmamento, coger fuertemente el remo y seguir avanzando. La marea está alta y el viento parece no soplar a favor…pronto lo hará. Gracias camarada por haber avanzado un largo trecho juntos, por haber luchado conmigo contra las inclemencias, por haber pescado (pecado, también) juntos, por haberme permitido remar mano a mano contigo. Hasta pronto, recio navegante, mantenga bien ajustada su brújula, siempre al norte, a la tierra donde nacen los sueños, donde nacen las esperanzas…hasta pronto.

Keep on sailing